Nació en España. Siendo sacerdote tuvo la responsabilidad de traducir la
biblia al idioma popular; este trabajo llevo por nombre “La Vugata” y fue
empleada por la iglesia católica durante quince siglos. Otras de sus labores
fue la de escribir los epitafios en las tumbas de los mártires; gracias a estas
hermosas estrofas que se han mantenido en buen estado hemos conocido la vida de
estos santos. Se le adjudica el haber agregado en la oración lo siguiente: "Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y
siempre por los siglos de los siglos. Amén". Fallece en santa paz a la
edad de 81 años.
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